EL
MUNDO
19 octubre
2016
Galiana Legorburu
Más común de lo que parece y muy poco estudiada. La sequedad
vaginal es una de las consultas ginecológicas más frecuentes relacionadas con
la actividad sexual.
Y como
explica la psicóloga y sexóloga Felipa Gea López, aunque sea más común durante
la menopausia, esta afección se asocia a todas las mujeres fértiles a las que
les cuesta lubricar. "Sería la equivalencia a la disfunción eréctil en el
hombre". Sin embargo, advierte, nunca se le ha dado la atención que merece
por ser menos vulnerable a los trastornos físicos y psíquicos.
"La
sequedad vaginal puede ocurrir por muchos motivos, y no siempre fisiológicos o
patológicos. La lubricación es la expresión de la excitación sexual, por lo que
la sequedad se puede producir también por falta de excitación, ya sea porque se
necesita más tiempo de estimulación o porque las condiciones no son adecuadas
(por ejemplo, no abandonarse)", asegura la experta. Además, añade, el
estrés juega un papel fundamental en la sexualidad, y es posible que se
convierta, también, en un condicionante.
En este
sentido, cuando no hay complicaciones físicas la clave es, según Gea López,
mejorar la relación erótica de la pareja. Aunque, además de esto, el mercado
ofrece una gran cantidad de geles hidratantes y
lubricantes para aliviar las molestias durante las relaciones sexuales.
"Aun así, lo ideal para la salud sexual de la mujer es acudir a un
profesional para identificar las causas. Los síntomas crónicos acaban
produciendo problemas más allá de los genitales porque interfieren en la
calidad de vida de la mujer y la de su pareja", asegura la sexóloga.
La
lubricación implica deseo y su ausencia puede incomodar a la pareja. Pero, además,
como dice la experta, el dolor y la molestia, en casos extremos, unidos a los
diferentes factores que suelen acontecerse alrededor del problema, hasta puede
producir fobia al sexo. Por eso, para mantener la maquinaria a tono y estimular
la lubricación son recomendables los ejercicios de Kegel
y las bolas chinas, dos prácticas que se complementan entre sí. "Mientras
con los ejercicios de Kegel se coge una mejor
conciencia genital, ya que hay que movilizar los músculos del suelo pélvico,
las bolas chinas ayudan a sensibilizarla y a que, por ejemplo, las glándulas de
Bartolino (encargadas de la lubricación vaginal)
mantengan su función y no se atrofien", sostiene.
Otras
prácticas recomendables y que previenen o alivian la sequedad vaginal de manera
natural son beber mucha agua, la vitamina E, que mejora la circulación, la
meditación, y evitar dietas demasiado estrictas, ya que el colesterol es
esencial para la producción de estrógenos, que están implicados en el proceso
de lubricación. No obstante, para los casos más extremos, existen tratamientos
médicos específicos para aliviar este problema, como el rejuvenecimiento
vaginal.
Como
explica la responsable del área de estética de la Clínica Medicina Integrativa,
María José Maroto, mediante estos métodos a base de infiltraciones de ácido
hialurónico la vagina recupera la hidratación y tersura perdidas y sin efectos
adversos. Por otro lado, la doctora explica que otros de los componentes del
tratamiento son el PRP (plaquetas que ayudan a la regeneración) y la carboxiterapia para oxigenar la zona. Eso sí, los efectos
no son permanentes, por lo que para disfrutar de sus beneficios habría que
repetir el proceso una vez al año.